Hacía años que no me zampaba un bocata de calamares y hoy voy a cumplir mi deseo.
Después de 1.000 curvas llego a la Carrasqueta a por un cafetito bueno y saludar a las chicas de la venta Teresa.
Aquí presumiendo de pegatina.
Aparecen unas nubes feas pero nada preocupantes. Subo hasta Alcoy y vuelvo a casa por Benilloba parando en la Font de Petrosa.
Aquí también he hecho alguna vez picnic.
Después de casi 15.000 km las gomas ya empiezan a flaquear, les quedan como mucho unos mil y pico y ya voy mirando las próximas.
Voy a una pastelería y zampar algo y termino el día sin contratiempos, feliz como una lombriz.
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