Salgo desde Dénia y cojo la autopista. He dicho bien, no hay nada ilegal en ello.
Pongo velocidades astronómicas entre 80 y 90 km/h siempre vigilando mi
trasero más que la parte delantera, salgo en Altea y giro hacia Altea la
Vella para tomarme un cafetito y lo que surja. Y de paso la moto se
enfría.
No me hace falta poner nada, lo he hecho para que la chicharrilla
descanse, pero ya que estoy le pongo 10 € de gasolina buena así puedo
subirla de vueltas un poco más, je, je.
Los consumos que da son del 2,3 al 2,5 % y teniendo en cuenta que tiene
un tanque de 17 litros, pues roza los 700 km de autonomía.
Ya lo tengo pagado (33 €), pero entro para el papeleo.
No hay nadie y me atienden enseguida.
Observo que lo miran todo como un chucho buscando droga, algo exagerado.
Nunca había visto tanto miramiento, un control demasiado exhaustivo a scooters
pequeñas y llevo pasando ITV desde el año 87.

Ahora se cierra la puerta y ya no veo nada hasta que se vuelve a abrir y me dice el empleado que me he pasado de decibelios.
El limite de esta moto son 86 dB y da 89 dB, son tres más y eso es una
falta muy grave, tanto como para que te suspendan.
Pienso si es una broma de esas con cámara oculta ya que algunas motos de
esas americanas dan 100 dB y pasan tranquilamente, pero no, toca arreglar defectos graves
y volver.
Salgo maldiciendo en arameo, hebreo antiguo, sumerio y fenicio, maldit0shij0sdelagranpiiiiiiiiii.
Llamo a Joselito que está merodeando por la zona y viene a mi encuentro.

Al fondo está la culpable de mi cabreo.

Un buen postre como tarta de queso y al fondo un mousse de chocolate.
Esta es la parte de la derecha y más tranquila que no sale en los mapas turísticos.

Unas cervecitas y nos despedimos por hoy con un ligero amargo sabor de boca y no me refiero a la Radler.
AÑADIDO A LA CRÓNICA A POSTERIORI

Te vas a enterar, cojo el soplete y voy a taponar esos tubos por fuera y por dentro.
No me van a oír ni llegar.
He vuelto a la ITV y he aprobado con nota, la hoja limpia sin fallos. Dos años más siendo legal.

He vuelto a la ITV y he aprobado con nota, la hoja limpia sin fallos. Dos años más siendo legal.
Dos trocitos de tarta asesinados por un vil tenedor para empezar.
Ya me ha pasado el cabrero, ahora hasta noviembre que me toca la ITV
del coche no puedo celebrar nada más. Y os lo habéis creído, jaaaaaa.
P. D. No vuelvo nunca más a la ITV de Alicante del polígono Pla de la
Vallonga. Han sido 400 km en total, una paella y seis pastelitos.
.
.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario