Punto de encuentro, faltan cinco minutos y aquí no viene nadie.
Allí al fondo espera la Bicha. Hoy la he vestido de gala con todas las maletas para aparentar que es una moto grande, como hacen los gatos cuando levantan la chepa, jaaaaaa.
Ya tenemos decidida la ruta, muy a mi pesar hoy no será muy larga. No sé si me dará tiempo a meter la última marcha y eso que yo sólo llevo cinco.
La semana pasada fui a almorzar a Rubielos Bajos y pude hacer casi 600 km, hoy no llegaré a 100 km.
Campell es un bonito pueblo de casi 300 habitantes con un buen bar para almorzar (justo al lado de una panadería/pastelería), pero hoy dejaremos el Tramusser para otro día e iremos directos a Forna.
Para algunos ese nombre les representa un simple bar, pero realmente fue el primer submarino nuclear que atravesó el Polo Norte.
Yo me pido el típico bocata de lomo y los demás lo que quieran.
Concretamente carrillada y procede de los músculos maseteros con las partes grasas de ambos lados de la cara, una delicia.
Seguro que adivináis cuál es el mío, esos cremaets los carga el diablo, el otro el bote de la lechera, je, je.
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