Esperando en el punto de partida, ya voy calentando.
Se trata del bar Mesón y está muy bien, lo recomiendo.
Son 10 minutos andando, poca cosa.
Echaba de menos asomar mi patita, hacía 5 años que no venía por aquí.
Recargando adrenalina.
Descansando un ratito en el borde.
Posados-pactados.
Poca altura, nada emocionante, nos vamos.
Un vistazo a la torre mudéjar de la Alcudia, también llamada torre de las campanas.
Pongo aquí un enlace a mi crónica de la última visita al castillo,
precipicios incluidos:
Bajamos hacia Alcublas y paramos en el área recreativa de Puente Alta que pertenece al municipio de Calles.
Un lugar muy tranquilo.
La gente siempre ríe cuando hay comida, je, je.
Son poco más de las cuatro de la tarde y tenemos que volver para que no se nos haga de noche por estos caminos.
Con los últimos rayos solares nos salimos de la autovía intencionadamente para ir a nuestra pastelería de Oliva, ahora ya puede oscurecer que me da igual.
Normalmente no hago cola para pedir comidas, pero esto es una
excepción.
Voy dejando un reguero de babas por el suelo.
Salimos victoriosos y con la panza llena de azúcares, brrrrppppppp, eché
un eructo y se empañó la visera del casco, tuve que parar para quitar el
vaho, jaaaaaaaaaaa.
En fin, 457 km, un día genial y en buena compañía, no se puede pedir
más.
Miauuuuuuuuuuuuu.
Miauuuuuuuuuuuuu.
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