- MAR '23 GRAFITIS EN BENIGEMBLA.

Escapada a un pueblo cercano para ver sus grafitis y de paso recuperar mis niveles de azúcar que están muy bajos.




El lavadero de Benigembla, lugar emblemático donde mi padre iba a por agua y de paso me dejaba conducir legalmente su Seat 124D del 78. Han pasado casi 40 años de aquellos locos años ochenta.








Pone agua no potable pero yo le he echado un trago nostálgico a su salud.








Dos bellas damas, una chinita y detrás una europea.








El lavadero en desuso.
























Justo al lado del ayuntamiento tenemos un mini grafiti.








Bonito camión de época.








Entro al bar y todo son tentaciones, el diablo se presenta de muchas formas.








Un cervecita y un pincho de tortilla.








Lo del pincho no cuela, creo que no, jaaaaaaaa.
Cuando veo una tarta entera me encanta empezarla.
Ese gato me mira feo.








Me da miedo.








El pincho, digoooooo la tarta ahí sigue, pues me zamparé otro trocito.
Yo también estaba, je, je.








No es un grafiti pero es un bonito póster que adorna el bar.








El gato malo me vuelve a mirar.








Otro grafiti.








Este está en el bar donde me he zampado el pastelito y representa algunos pueblos que empiezan por "Beni".
No están todos, faltan muchos.








Por el pueblo te encuentras algunos grafitis más.
































































Bonito michi.








Bonito trampantojo.
































Tanta ilusión óptica me hace bajar mis niveles de glucosa así que me zamparé un pastelito de queso-melocotón y un macchiato trucado que tan bien prepara mi amiga Rasa de la pastelería Strudel.








Mapa de situación.

.

.

.

No hay comentarios:

SEGUIDORES