Hoy subiremos al castillo de Castell de Castells conocido como el
Castellet, valga la redundancia.
Primero le echaremos un vistazo a Els Arcs, es una maniobra de acercamiento
para dentro de un par de meses rematarla, ya que su orientación es hacia el
Norte y ahora no da el sol en todo el día. Su visita no es recomendable
ahora.
El camino es sencillo para este tipo de moto.
25 % de subida en algunos tramos, nada del otro mundo.
En un círculo marco nuestro destino de hoy, el Castellet.
Nos acercamos a otro acceso, es la parte más elevada de la carretera hacia
Tárbena.
No observamos ninguna señal de prohibición y el camino es ancho, así que
subimos tranquilamente en primera velocidad y admirando el paisaje.
Dejamos la moto aquí y subimos a pie los últimos 100 metros ya que llevo
las maletas laterales y no me gusta arriesgar con ellas.
Esto lo subí con la vstrom sin problemas, eran otros tiempos.
Entramos en el recinto.
Estamos en diciembre y hay muchas penumbras, incluso a la una de la
tarde.
Posados de la Gatha.
El embalse de Guadalest.
Yo también estaba, je, je.
Nos queda poco para la cima.
¡Oh, cielos! un mamífero rumiante. Conocida como la hembra del carnero
atiende por oveja, al vernos salió huyendo como si hubiese visto al
mismísimo demonio, juas.
Posados de la Gatha.
No podía faltar la patita del Gatho.
Castell de Castells visto desde el Castellet.
Al fondo el mar Mediterráneo a 23 km. en línea recta.
No queda nada pero las vistas son muy buenas.
El Gatho descansa en una pequeña oquedad del terreno.
Vista de la canal.
A la Gatha también le está entrando el gusanillo de probar sensaciones
fuertes.
Nos sentamos para comer.
Y admiramos el paisaje. Tranquilidad total.
El Castellet en todo su esplendor.
Ya nos hemos zampado el bocata, ahora toca bajar.
Desde aquí se divisa la Serra Gelada, une las poblaciones de L'Albir
(Altea) y Benidorm.
Ampliando zoom se aprecia la zona de la playa de levante en Benidorm.
Bajamos 100 metros hasta la moto.
Estas son las curvitas que me gustan a mí, je, je.
Otra vez observamos Els Arcs en penumbra. Ya los visitaremos un poco más
adelante.
Curvitas guapas.
31 kilómetros así pueden llegar a ser una pesadilla o un paraíso.
Nos acercamos a la cumbre de Coll de Rates a tomar un apfelstrudel de esos
que hacen allí.
Yo me pedí una variante de ese strudel que no me acuerdo ahora de su
nombre, y eso que la chica me lo repitió tres veces. Me cuesta memorizar
palabras en alemán con más de 15 letras juntas, je, je.
El delicioso pastelito en cuestión, buenísimo.
Ahora toca bajar el Coll de Rates por su cara Norte y a casita, a tomar un
chocolate con churros.
Cara de felicidad en la Gatha, o frío. No sé, je, je.
Mapa de ruta.
Miauuuuuuuuuuuuuuu.
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